Como parte de nuestra actividad como coaches en Kleer viajamos mucho y trabajamos con equipos en diferentes partes de América Latina. Pero no siempre podemos estar en todos lados, y las personas con que trabajamos siguen necesitando ayuda en temas puntuales, algo de seguimiento, o quieren que observemos algunas reuniones y los ayudemos a encontrar puntos de mejora.
Como decía Lee Devin, podemos separar nuestros desvelos entre “problemas” y “dificultades”. Los problemas tienen solución; una vez que la encontramos y ejecutamos por completo, desaparecen. Las dificultades están ahí siempre: no podemos volar; inventamos aviones, nos lanzamos en paracaídas... todos meros sustitutos de lo que queremos.
La distancia es una dificultad. La minimizamos viajando frecuentemente, pero -salvo que podamos mudarnos a otro lado- no podemos resolver el tema por completo. El trabajo remoto es otra manera de mitigar la distancia. No es lo mismo que viajar y estar ahí, cara a cara, pero tiene algunas ventajas para cuestiones puntuales, más breves:
- Es difícil “perder el tiempo” remotamente. Uno planifica una reunión para uno o dos temas y en cuanto empieza quiere terminar, porque no es fácil ir y venir.
- Para contactos esporádicos y seguimiento de temas, es mucho más económico (en todo sentido) que viajar.
- Es más fácil trabajar desde casa, en pantuflas. :)
A medida que utilizamos más y más esta modalidad, aprendemos algunas cosas que hacen mejor la experiencia para nosotros y nuestros clientes, y que nos parece interesante compartir:
- Ya que no podemos estar cara a cara, aprovechemos al máximo el video.
- Dependiendo de la situación, diferentes herramientas son la mejor elección. Entre las plataformas abiertas, Google Hangouts nos gusta porque prioriza la calidad de la voz sobre la del video, es muy sencilla y bastante estable.
- Mejor que mirarnos las caras todo el tiempo es alternar entre la webcam y compartir escritorio u otros artefactos
- Usar documentos colaborativos a la vez que hablamos es muy útil. Nada como ir tomando notas entre todos y que al final de la reunión ya tengamos un resumen.
- Aprovechemos todo lo que podamos mostrar en lugar de explicar verbalmente. Hoy los teléfonos inteligentes son muy buena opción para una video-conferencia, porque podemos mover la cámara facilmente entre nuestra cara, un pizarrón, un dibujo, etc.
- El ruido ambiente complica las cosas: tratemos de usar auriculares, o un parlante/micrófono externo especial para conferencias. Si tenemos reuniones virtuales frecuentes, son excelente inversión.
- Cuando vamos a contactar a una persona o grupo nuevo, programemos 10 o 15 minutos antes de la reunión para ajustar la plataforma. Siempre suele haber algo para instalar, alguna configuración para ajustar, etc.
- Si la reunión virtual es larga, contemplemos descansos breves en la agenda (más frecuentes que en un reunión presencial) para ir a buscar una bebida, estirar las piernas, o simplemente refrescarnos. Hablar mucho tiempo a través de la pantalla es agotador.
Por supuesto, hay muchas más ideas, pero quería contarles algunas y dejar abierto el canal para charlarlo. Como siempre, pueden contactarse conmigo u otros miembros de Kleer a través de hola@kleer.la y obviamente, siempre está la opción de vernos, al menos remotamente. :)