Durante el evento “Proyectos con menos riesgo y más compromiso” realizado junto a Universidad de Palermo el 27 de junio, estuvimos conversando acerca de proyectos ágiles (¡y otros no tanto!).
En ese marco tuvimos el privilegio de escuchar a nuestro amigo Esteban Di Tada, responsable de Investigación y Desarrollo+Innovación en UP, quien compartió con nosotros sus experiencias personales.
Esteban tuvo su primer contacto con una computadora a comienzos de la década del 60, cuando pasó de usar reglas de cálculo a computadoras con procesos batch.
Luego aparecieron las terminales y comenzó lo que se dio en llamar “la crisis del software”, hasta llegar al punto de detectarse que sólo un 2% de los proyectos generaban valor. Después en la década del 90 todo cambió muchísimo cuando los usuarios comenzaron a utilizar PCs en oficinas y desde sus casas, con un nivel de exigencia mucho más alto y sin conocimientos técnicos. Finalmente, llegamos al día de hoy donde es posible alquilar un auto o realizar transacciones bancarias desde nuestros teléfonos móviles.
Lo más destacable fueron los motivos por los cuales los proyectos muy grandes (“elefantiásicos”) dejan de tener sentido: velocidad e incertidumbre mayores, cambios rápidos en los requerimientos y la tecnología, concluyendo en la necesidad de que busquemos trabajar con los conceptos de Calidad Total y centrados en las Personas.
Así, en pocos minutos, Esteban nos hizo recorrer una vez más la historia de nuestra industria desde sus albores hasta nuestra actualizadas de computación ubicua, haciéndonos entender de paso la evolución de las metodologías y paradigmas.
¡Gracias, Esteban!
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